La ciencia de la tortura

Antes:
24 horas antes de salir a la arena el TORO ha sido sometido a un encierro a oscuras en pocos metros cuadrados con la finalidad de que a la salida la luz le cegue y los gritos del público le desorienten. Se le alimenta con agua y comida muy escasa. Golpes y palizas, les untan grasa en los ojos para dificultar su visión y entorpecerlos, les recortan los cuernos para ‘proteger’ al torero y le atizan golpes en testículos y riñones para que llegue débil al ruedo.
Destrucción anímica de un animal indefenso, humillación, captura, represión, dolor, miedo, inseguridad, nervios, MALTRATO.

Durante: 
‘Si el torero percibe que el toro embiste con mucha energía, ordena al picador hacer su trabajo que consistente en desangrar al toro para debilitarlo, clavándole en el lomo una lanza que destroza músculos. Las banderillas aseguran que la hemorragia siga. Se intenta colocarlas justo en el mismo sitio ya dañado con los ganchos de metal. El gancho se mueve dentro de la herida con cada movimiento del toro, prolongan el desgarre y ahondamiento de las heridas internas. No hay límite al número de banderillazos.
El toro es atravesado con una Espada de 80 cm de longitud y siguiendo su instinto de supervivencia se acerca hacia la puerta por donde ha entrado cuando le apuñalan en la nuca con el descabello, otra espada de unos 10 cm de cuchilla. A pesar de todo, el animal no suele morir al instante pero cae al sulo por su falta de fuerza. En ese momento lo rematan con la puntilla de 10 cm con lo que intentan seccionarle la médula espinal causándole una parálisis y una muerte lenta por asfixia o ahogado, por su propia sangre. Se les amputan las orejas y el rabo como trofeo.
Mientras todavía sigue consciente se le destrozan las vértebras y pierde control de su cuerpo de cuello hacia abajo mientras que él sigue consciente de su dolor y de cómo es arrastrado fuera del ruedo.’

Ningún ser vivo ha nacido para ser maltratado por otro.