Justo debajo del ombligo tenía lo que algunos llamaban ''la primavera eterna'' por aquello de que ''la sangre altera''

Recovecos de un diario olvidado

''Hola pequeño, han pasado muchas cosas desde la última vez que te escribí y tan sólo dos meses.
Hay tantas cosas que deseo contarte... y otras muchas que no puedo decir siquiera en voz alta y realmente, es complicado.
Las cosas por aquí no andan muy bien ¿sabes? estoy preocupada por todo el mundo, parece que las malas rachas son mucho más contagiosas que las buenas y qué pena me da eso.
La gente siente poco lo que dice o bien, dice poco lo que siente. La cuestión es que últimamente nadie se permite el lujo de ser sincero consigo mismo, yo incluida.
Estoy arisca con todo el mundo, irritable, cansada, aislada. Quiero salir de aquí y dejar esta ciudad muy lejos, al menos por un tiempo.
Pocas veces digo las cosas claras, lo que siento, lo cierto es que de esa manera me siento mejor, como que... ¿más segura? seguridad, vaya, de eso me hace falta un tarro entero.''

Callados estamos mejor

Siempre se nos ha dado bien el silencio.
Y en silencio, vengo aquí, desnuda de pensamientos, para decirte lo mucho que me importas. Lo mucho que significas, tanto que casi no tienes sentido. Tan sutil, a veces imperceptible, pero irremediablemente siempre te haces ver cuando más falta haces.
Noto como me tiembla la voz, como corta mi respiración cada escalofrío y como se me eriza la piel.
Me aterroriza perderte.

Me urge el vivir

Muere lentamente,
quien se convierte en esclavo de los hábitos,
quien no viaja, quien no lee, 
quien no encuentra gracia en sí mismo,
quien evita una pasión y su remolino de emociones.

Muere lentamente,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto,
por ir detrás de un sueño,
quien abandona antes de empezar,
quien se queja de su mala suerte,
quien no confía, quien no ama, quien no lo intenta.

Muere lentamente
quien no se permite ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos.

Lo contrario, es estar vivo.

Hazme el amor, no la guerra

Tristes guerras

si no es el amor la empresa.

Tristes, tristes.

Tristes armas

si no son las palabras.

Tristes, tristes.

Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes, tristes.

Cancionero y romancero de ausencias- Miguel Hernández

Trafica(me)

Destrenza la larga melena de mis cadenas invisibles, haz escaleras en ellas que lleguen hasta una cárcel enredada entre mechones de metal, pero dame la llave, sólo yo podré encerrarme en ella. 

Déjame ser yo misma, desnuda, tranquila, ciega de sentidos, en un mundo en el que el subconsciente se deja llevar por una moralidad rígida y un subjetivismo inexistente.

Déjame liberar la parte de mí que yacía callada hasta ahora, sólo quiero estar completa, rehacerme, acabar mi puzzle, destruirme poco a poco, lentamente, ordenarme alfabéticamente en una biblioteca interminable, quemar mi pasado, reinventarme en nuevas ideas surrealistas.  

No me entiendas, no me descifres, no me deduzcas, no me interpretes, no me juzgues, no me intuyas, no me asimiles, no me sientas.  

Amor es cuando estoy desnuda y me miras a los ojos. 

Dicen que lo que queda en ti antes de irte a dormir es lo que realmente eres.
De mí ya no queda nada bueno. 

Vivimos disfrazados

Tengo una parte de mí encerrada en un armario y mis máscaras, son trajes colgados en perchas de madera.
Los zapatos, las ilusiones con las que camino día a día.
Nuestro perfume, el olor que desprendemos, es el sello que dejamos al dar un beso. La marca impregnada en otra piel, cuando permitimos que nuestro olor se mezcle con el suyo, creando uno nuevo.
Y así, una persona cualquiera, se trajea de mujer alegre y feliz con zapatos verdes de esperanza, como sus ojos, y sale a pasear. A reinventarse en nuevas metáforas, a esculpirse en un nuevo molde, en una nueva oportunidad, a mudarse, a huirse, a amarse, a camuflarse entre la gente que camina con otros zapatos, otro traje y otro perfume.

Yo soy de las últimas

''Se suele decir que, sea cual sea la verdad, la gente ve lo que quiere ver...
 Hay personas que pueden dar un paso atrás y descubrir que lo que les faltaba era ver las cosas con más perspectiva, otras personas se dan cuenta de que la vida les está pasando factura, otras pueden ver lo que estaba ahí desde el principio y luego están esas personas, aquellas que huyen lo más lejos posible para no tener que verse a si mismas.''